21 diciembre 2010

La balanza de las cosas

Indistintamente de referirme al pequeño electrodoméstico que mezcla de manera exacta los ingredientes de recetas, me refiero a la balanza sobre la que nosotros mismos, colocamos nuestras decisiones.

Elijo ésto o aquello, voy hacia allí o hacia acá, compro ahora o más tarde...a menudo decisiones sin importancia que no marcan más allá del arrepentimiento por creer que no elegiste correctamente y el entuerto se deshace volviendo a la tienda a comprar la otra opción.

En un capítulo del programa de Redes, con Eduardo Punset, hablaban sobre la incertidumbre de los seres humanos a la hora de tomar una decisión y ser felíz con esa decisión, es decir, estás frente a un traje negro y otro rojo, elijes en primera instancia el negro, lo compras, te lo pones,..y cuando estás en la fiesta, te miras el traje y piensas:

- ¿Por qué no habré comprado el rojo?

Obviamente este dato no se corresponde con todos los individuos de la raza humana, si no apaga y vamonos, pero si con la mayoría.

Por eso la balanza de las cosas existe en nosotros.

Porque hay cosas que ponemos en esa balanza que pesan más que un traje, un coche, o un viaje,...todas esas cosas son fácilmente sustituibles en la tienda, y volver la balanza adonde quieres se hace una tarea sencilla. Lo complicado es cuando la elección se torna imprescindible para el futuro tuyo, elegir la carrera adecuada, el trabajo que quieres desarrollar, la gente con la que quieres caminar,...el por qué de las cosas que pasan y pasarán están al servicio de una decisión tuya que depende de como te "coja el cuerpo", de como se encuentra tu entorno o de cómo esta tu interior...y ya en el peor de los casos, no eres ni siquiera tu mismo quien puede tomar la decisión.

Y es que cuando se arremolinan millones de sensaciones en tomar una decisión, es cuando más complicado resulta, es cuando más dudas encuentras en ti mismo y cuando parece que va a explotar hasta el mismo universo si pasa el tiempo y no eliges adecuadamente,...ahi se sufre, se duda, se traspasan las barreras de las ideas pensadas, de las situaciones esperadas y no buscadas,...y decides.

El tiempo te dará o te quitará la razón sobre si decidiste bien o mal, pero la decisión estará ya tomada. Todo el universo paralelo que se hubiera creado si hubieras elegido el otro camino, desaparece,..y con él, la opción de ir a la "tienda" y descambiar el producto.

Pero si algo he aprendido a base de palos y palos que me he llevado y de los que me quedan por llevarme, es que no hay nada escrito en las decisiones, que las mismas las determinan los momentos, el tiempo, el espacio,...todo conjura para que tomes la mejor decisión en ese momento en concreto, pero las cosas no suceden porque tu tomes una decisión u otra, sino porque la gracias está en creer a veces que es la mejor, y sacar todo el partido a esa misma elección tuya.

Al otro lado del espejo quedan las decisiones no tomadas, las estaciones no visitadas y los trenes no cogidos, que no dudan en aparecer cuando te miras en ellos, fiel reflejo de que en algun momento de tu vida, han formado parte de tu duda,..y en algunos casos volverán a formar parte de la misma.

Facilidad de elegir para algunos, pero a veces supone dañar a gente con tus decisiones, desilusionarlos, decepcionarlos,...y eso ya no es tan agradable. Cuando la extrema sensibilidad que a veces creo padecer me invade, son millones de asteroides que golpean mi pequeño planeta,..y eso es menos agradable. Pero con ello valoras, aprendes y te levantas, te tomas las cosas de otras formas, maduras, concretas y al final comprendes que la vida da muchas vueltas, que sigue su camino para bien de los demás y tuyo propio, y con ello pasan los trenes, pasan las cosas...

Pero para no desesperarte por si dudas entre un traje rojo y uno negro, y si te has desesperado al leer esto y estas buscando un taburete y una soga ;), te diré que elijas lo que elijas, todo volverá a suceder, todo remontará sus inicios y las cosas volverán a aparecer en tu vida aunque tengan otra forma.

Para ir terminando, y es que se nota que llevaba mucho tiempo deseando escribir sobre las balanzas, te contaré algo real sobre el viajero. Hace años estudiaba Ciencias Empresariales, con sus 3 añitos y todas sus preciosas asignaturas, pues al empezar el 3º año, lo deja todo y gracias a un empujón mágico y cariñoso, comienza a estudiar lo que siempre quiso, Magisterio.
Hoy en día, aparte de escribir pamplinas en un blog que nadie lee, el viajero es Maestro, en paro, pero Maestro. Esa decisión supuso mucho en ese momento...pero al final valió la pena por muchas cosas...ahi es nada...y créeme que si tuviera que decidirlo ahora, no dudaría un segundo.

Actualmente, mi trabajo, está más relacionado con el mundo empresarial que con la docencia, claro ejemplo que las cosas que dejas atrás,..vuelven.

La balanza de las cosas.

Incluso hay veces,...que aciertas con la decisión ;)