Una bofetada en toda regla.
De esas que resuena hasta con eco.
De las que te deja un tono "acalorao y colorao" que tarda unos minutos e incluso días en quitarse.
Una bofetada de esas que te hace replantearte muchas cosas.
Y por supuesto de las que duele. De las que duelen mucho.
He recibido una de esas hace poco y por eso quiero contarlo aqui, para que me sirva de nuevo de terapia de choque (verás tú que al final necesitaré un psicólogo y todo).
He recibido un manotazo sordo saduceo, me ha dejado sin habla y sin ganas, me ha provocado una taquicardia en el músculo llamado corazón como no la había sentido nunca antes,...y creo que me ha tocado más cimientos de los que creía en un momento.
De nuevo escribo y escribo, y tu lees y lees y sigues sin enterarte de nada ¿verdad?..querido amigo, permíteme que siga siendo asi hasta que la pura libertad no fluya por las paredes y me salga por las orejas, entonces será otros cimientos los que tiemblen, te lo aseguro.
Estoy dolido, afectado, cabizbajo,...pero no hundido, no acabado, para eso aún me tienen que dar algunas bofetadas más, por no contarte más cosas.
Pero la verdad que por esta noche necesito que desaparezca el dolor de la bofetada, y creo que eso no va a poder ser.
No quiero pensar en daños, en decepciones, en alegrías o esperanzas,..ahora mismo no quiero pensar, ni tampoco que pase el tiempo que aún me quedan vacaciones...
Una bofetada.
No es una batalla perdida, una guerra,...no llega ni a eso. Es mucho menos.
Pero sigue doliendo...
Probaré con aspirinas,..pero creo que no valdrá.
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