19 enero 2012

Marta del Castillo


Pedí en su momento que volviera. Andaba por aquellos días aún la incertidumbre de su desaparición y desde mi blog pedí que volviera, que apareciera, que la soltaran o que llamase.

El triste final lo conocemos todos.

Ahora tras años de risas y engaños por parte de los acusados, sale la sentencia del juicio y nos reímos aún más los que estamos a pie del cañón, y seguimos sin entender ni la mitad de las cosas que suceden.

Me niego a opinar de la sentencia al "elemento principal" y mucho menos a los demás "elementos" que parece ser que se han escapado por puta casualidad (si he dicho puta).

No soy Juez, ni abogado, ni fiscal, ni procurador,...y mucho menos conozco los entresijos del caso ni del proceso judicial, pero sin ser nada de esto, algo me dice en mi interior...que no es Justo.

Totá! Habrá que esperar que alguna tragedia roce de cerca al político de turno, para que haya que echarse a la calle. Esperemos que no.

Que alegría de justicia "miarma".

Mi recuerdo y pensamiento a los padres de Marta, a los que les queda la peor parte de la película. Seguimos caminando, seguimos esperando...